Friday, June 26, 2009

EDUCACIÓN-CAMBOYA: Conocer el doloroso pasado Por Robert Carmichael

Sábado, 13 de Junio 2009 00:46 GMT
EDUCACIÓN-CAMBOYA: Conocer el doloroso pasado
Por Robert Carmichael
PHNOM PENH, 12 jun (Newsmekong) - Una reestructuración de los
programas de estudio en Camboya permitirá a los jóvenes conocer los detalles
del régimen genocida del Jemer Rojo (1975-1979), sobre el que hasta ahora
casi no se enseñaba.

Al recorrer el edificio de la capital camboyana donde funcionaba la
prisión de Tuol Sleng o S-21 no puede evitarse el impacto de las cientos de
fotografías en blanco y negro de prisioneros que fueron torturados y
ejecutados allí.

Dos millones de camboyanos murieron bajo el régimen del Jemer Rojo. De
ellos, se etima que alrededor de 20.000 --hombres, mujeres, niños y niñas--
fueron asesinados en ese centro de detenciones.

Hasta ahora, los estudiantes de las escuelas del país no han aprendido
mucho más que eso. Sólo unos pocos párrafos describían esos años en los
programas.

Chea Vandeth, estudiante del último grado en Phnom Penh, dijo que en
todos sus años de escolaridad tuvo apenas una lección dedicada a la era del
Jemer Rojo. Aunque vive a tres kilómetros de la prisión S-21, nunca la
visitó.

"Mis amigos y yo aprendimos muy poco sobre la historia del Jemer Rojo
en la escuela, y lo que aprendimos no estaba muy claro. Pero me gustaría
haber sabido mucho más", señaló.

Vandeth dijo que la mayor parte de lo que conoce sobre el régimen lo
supo hablando con sus padres o transmisiones radiales del tribunal que juzga
los crímenes de guerra del Jemer Rojo.

El juicio se realiza en las afueras de la ciudad. El hombre que está
en el banquillo es Kaing Guek Eav, más conocido como "Duch". Ex profesor de
matemáticas, fue el director y jefe de carceleros de Tuol Sleng.

Este año, la carencia de nociones históricas que padecen los programas
de estudio cambiará. El Ministerio de Educación de Camboya está
reestructurándolos para incluir la era del Jemer Rojo.

Junto con la principal organización de investigaciones sobre el
genocidio --el Centro de Documentación de Camboya (DC-Cam)--, los
funcionarios de educación han creado un exhaustivo programa de estudios que
involucra el uso del primer libro de texto sobre el Jemer Rojo. Se llama
"Una historia de Kampuchea Democrática (1975-1979)".

El satinado libro de 70 páginas, publicado en mayo, contiene
fotografías y mapas, testimonios de sobrevivientes y antecedentes sobre
personajes clave y acontecimientos de la historia del Jemer Rojo. También
explica por qué éste llegó al poder y cómo gobernó Camboya.

Ton Sa Im, subsecretaria de Educación, fue la responsable de coordinar
este agregado al programa. Según ella, es vital que los estudiantes de la
enseñanza secundaria sepan lo que sucedió en el país.

Algunos de ellos incluso dudan que esos hechos terribles --hambre,
enfermedades, asesinatos aprobados por el Estado-- hayan ocurrido alguna
vez.

"Cuando hablamos cara a cara con los estudiantes, vemos que algunos
creen que el genocidio ocurrió, pero otros son escépticos. Aunque el
tribunal (que juzga los crímenes) del Jemer Rojo está concitando la atención
de muchos estudiantes, que están empezando a creer que estas cosas
sucedieron", explicó.

Cuando se inicie el nuevo año académico, en octubre, alrededor de
3.000 maestros habrán sido capacitados para enseñar según el nuevo programa.
Pero, probablemente, cualquier maestro que tenga más de 40 años tendrá
recuerdos vívidos y terribles por haber sobrevivido al genocidio.

Youk Chhang, director de DC-Cam, tiene experiencia de primera mano en
este sentido. En abril, la organización llevó a 400 estudiantes y sus
maestros a Phnom Penh. La delegación visitó el tribunal del Jemer Rojo, y
luego miró una película sobre las víctimas y los perpetradores del
genocidio.

Luego, los estudiantes debatieron sobre si era posible una
reconciliación nacional, y realizaron una votación sobre el tema. El
resultado fue ampliamente favorable a la reconciliación. Entonces, uno de
sus maestros se puso de pie y le pidió permiso a Youk Chhang para hablarles
a los estudiantes.

"Les dijo: ‘Miren, todos ustedes. Ustedes no saben cuánto sufrí. Perdí
a mi padre, perdí a mi hermano, a mi hermana. A ellos hicieron morir de
hambre, a mí me torturaron. Ustedes no saben cómo me siento. ¿Y ahora
quieren que yo los perdone?’", recordó Youk Chhang.

Los estudiantes quedaron conmovidos. "Toda la habitación quedó en
silencio. Nadie hablaba", dijo Youk Chhang, agregando que el incidente
ilustra por qué DC-Cam hizo participar a psiquiatras y expertos en estudios
sobre el genocidio para ayudar a compilar el libro de ayuda a los maestros
"de un modo científico".

Ton Sa Im, ex maestra, comprende el tema mejor que muchos. Toda su
familia --tanto sus padres como sus siete hermanos-- murieron durante el
periodo del Jemer Rojo. Pero opina que los riesgos asociados a la enseñanza
del nuevo programa se ven totalmente superados por los riesgos de no
enseñarlo.

"La investigación de este libro es tan detallada que puede permitir a
los estudiantes comprender el motivo por el cual ocurrió una matanza
genocida, y pueden recordar esa atrocidad, así que entienden que este
capítulo de la historia nunca debería repetirse", dijo.

El periodo en cuestión no sólo aparecerá en las lecciones de historia,
explicó. También se trabajará en clases de literatura Jemer, así como de
filosofía social. De este modo, los estudiantes podrán comprender mejor cómo
se ubica la era del Jemer Rojo en los diferentes aspectos sociales y
culturales de la historia camboyana.

Enseñar a los jóvenes lo que ocurrió se ajusta al cometido de DC-Cam,
sostuvo Chhang. Buena parte de la información contenida en el libro procede
de investigaciones realizadas por su organización sobre el pasado brutal del
país.

Chhang considera que el rol de DC-Cam consiste en investigar lo que
ocurrió y luego transmitir ese conocimiento.

También señaló un breve poema en la introducción del texto que deja en
claro que aprender sobre el pasado puede ayudar a sanar a una nación
traumatizada: "Transformar el río de sangre/En un río de reconciliación/Un
río de responsabilidad".

"Queremos transformar esa historia para poder reconciliarnos y vivir
de modo pacífico", concluyó.

(FIN/2009)
Todos los Derechos Reservados, IPS Inter Press Service, Copyright © 2009

---------------

PHNOM PENH POST -- English

http://www.phnompenhpost.com/index.php/2009061226453/National-news/Nationality-and-the-Jarvis-debate.html
Nationality and the Jarvis debate

----------------

DC-CAM -- Khmer/Englsih

A Debate on the UN Supports Victims Unit Chief at the ECCC
June 12, 2009

I do not believe that the nomination of Helen Jarvis to head the Victims Unit is a part of a political agenda of the CPP or the government. Instead, the government might prefer to keep its distance from her political views and performance at the ECCC.

On the other hand, if it is true that the UN is supporting Dr. Jarvis' appointment, it is an invasion of Cambodia's sovereignty and is disrespectful to the victims it claims to serve.

With regard to the questions that have been raised about Dr. Jarvis' Cambodian nationality, is there a difference between nationality (citizenship) and ethnicity in Cambodia? Culturally and generally, the Cambodian people are not familiar with this distinction, and they are still in search of identity. For this reason Dr. Jarvis' Cambodian citizenship will have no bearing on how victims perceive her.

Youk Chhang
Director
Documentation Center of Cambodia

No comments:

Post a Comment

Followers

About Me

My photo
Dara Duong was born in 1971 in Battambang province, Cambodia. His life changed forever at age four, when the Khmer Rouge took over the country in 1975. During the regime that controlled Cambodia from 1975-1979, Dara’s father, grandparents, uncle and aunt were executed, along with almost 3 million other Cambodians. Dara’s mother managed to keep him and his brothers and sisters together and survive the years of the Khmer Rouge regime. However, when the Vietnamese liberated Cambodia, she did not want to live under Communist rule. She fled with her family to a refugee camp on the Cambodian-Thai border, where they lived for more than ten years. Since arriving in the United States, Dara’s goal has been to educate people about the rich Cambodian culture that the Khmer Rouge tried to destroy and about the genocide, so that the world will not stand by and allow such atrocities to occur again. Toward that end, he has created the Cambodian Cultural Museum and Killing Fields Memorial, which began in his garage and is now in White Center, Washington. Dara’s story is one of survival against enormous odds, one of perseverance, one of courage and hope.